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martes, 3 de julio de 2012

VIDEOS MOQUEGUA




MOQUEGUA Y SUS LEYENDAS

Moquegua es un departamento del Perú situado al sureste del país, en la vertiente occidental de la Cordillera de los Andes. Limita con los departamentos de TacnaPuno y Arequipa y es ribereño del océano Pacífico.
Desde el punto de vista jerárquico de la Iglesia católica, forma parte de la Diócesis de Tacna y Moquegua, la cual a su vez pertenece a la Arquidiócesis de Arequipa.[1]
Ubicación
Hacia el norte limita con Puno y Arequipa; hacia el sur con Tacna y el mar de Grau; hacia el este con los departamentos Puno y Tacna; hacia el oeste con Arequipa y el mar de Grau (océano Pacífico que corresponde al Perú). Situado en la región suroeste, tiene regiones de costa y sierraUbinas, su inquietante volcán, es el único en actividad en todo el Perú. En sus faldas, la tierra es fecunda, en contraste con la desolación de sus cumbres.
·        Latitud sur: 15º 58´ 15".
·         Longitud oeste: entre meridianos 70º 48´ 5" y 71º 29´ 18".
·         Número de provincias: 3.
·         Número de distritos: 20.
·         Clima: subtropical y desértico soleado, con una temperatura de 20,5°C, una máxima de 33°C y una  mínima cercana a los 9°C. La ciudad de Moquegua tiene un clima templado y seco, con escasas lluvias, con un intenso y benigno sol.




DIVISIÓN POLÍTICA

Provincia
Capital
Superficie km2
8.671,58
5.681,71
1.380,59

La india María


La india María
En los inicios de valle Algarrobal, existía en una de los fundos una india llamada María. Ella vivía con su madre.Conforme pasaron los años María se convirtió en una persona cada vez mas malcriada y malagradecida.
Un día su madre mando a María a pastar ovejas al cerro y ella ni quiso obedecer lo indicado. La madre de la india , le increpo su conducta y la muchacha le contesto y cacheteó a su propia madre.
La madre de María le dijo que las hijas que golpeaban a sus madres se condenaban. María no presto importancia a las palabras de su madrey se fue al cerro. En la mitad del camino, María se sintió mal y al poco poco rato ella y sus ovejas se convirtieron en piedra. Desde entonces podemos observar a María y a sus ovejas en el cerro yendo al Algarrobal.
Publicado por Milagros Garcia Magallanes

La Horma


La Horma
Al norte de la ciudad de Ilo, hay un manantial copioso que desemboca en la playa El Platanal,llamada así porque en su lecho se levantan palmeras a la cual debe su nombre , además de higueras y otras plantas.
Aquí habitaba un pequeño pero aguerrido pueblo perteneciente a la cultura chinchorro. Su vida cotidiana se desarrollaba entre la paz desus quehaceres domésticos, los hombres se dedicaban a la pesca, al cultivo y a la orfebrería, y las mujeres al tejido y cerámica.
Cuando Wiracocha vino a Ilo a sumar territorios para incorporarlos a su Imperio , tuvo conocimiento de las ricas minas de oro que existianal norte enviando un pequeño grupo de guerreros . Debido a la dificultad de acceso a la quebrada El Platanal, no pudieron doblegar a los dueños de casa.
Irritado , el Apu Wiracocha, cuenta la leyenda, voló hacia el lugar y aterrizo cerca al manantial dejando estupefactos a los del chinchorro y sometiéndolos de este modo.
Testigo de esto , es que hoy en día se puede apreciar en una roca la horma del pie que el inca Wiracocha dejo al llegar.

Autor: Anonimo

La dama encantada


La dama encantada
Cuenta la leyenda que cierta vez en el valle Chiribaya de la provincia de Ilo se hallaba un chombo, el cual fue encontrado por un explorador , percatándose que emanaba un olor fétido del mismo.
Al darse cuenta de dicho olor, el explorador decidió abrir el chombo. Al destaparlo, no pudo soportar la fetidez , perdiendo la conciencia por algunos segundos.
Al despertar, se topo con una bellísima dama, ella había salido del chombo.
Al cruzar miradas la dama le dirigió la palabra para pedirle que no dijera nada sobre su existencia y a cambio de su silencio le concedería cualquier deseo .
Autor : Anónimo.


San Gerónimo
Cuentan que hubo un tiempo en que el río se secó en una de sus peores sequías al extremo que las desgracias y miserias no podían ser castigo de Dios: los animales morían, las hembras perdían sus crías, las plantas morían, los árboles se secaban. No había remedio para esto y algunas personas comenzaron a irse a otros valles con mejor suerte.
Un día llegó al valle un hombre que, según contó, venía caminando valle abajo y visitaba todos los lugares. Llamó la atención la túnica que usaba y su firma de hablar, tan dulce y firme. Desde que llegó hablaba de Dios y de lo importante que era arrepentirse de los pecados para no traer la ira divina. Peor de lo que se dio cuenta la gente del valle era que con su llegada empezó a llegar el agua y con ella la vida. Las atenciones hicieron que este personaje quedase en el valle más tiempo del que tenía programado. En ese tiempo, los animales engordaron, el río creció, las plantas empezaron a tomar fuerza y las hembras preñaban y parían.
Pero este personaje debía continuar su recorrido hacia el norte. No escuchaba los ruegos de la gente que se reunía en tu entorno. No le inmutaron ni las lágrimas de las mujeres agradecidas ni la risa de los niños que jugaban a su alrededor, pues su partida era inevitable. Dicen los viejos que mientras subía el cerro cayendo ya la tarde, las gentes en silencio rogaban a todas las fuerzas para que el personaje no se vaya. Pero la oscuridad que avanzaba muy rápido, como nunca, impidió seguir viendo al visitante perderse en las alturas.
Al día siguiente la gente se levanto con congoja y sólo atinaron a recorrer con la vista el sendero del visitante y cual no sería su sorpresa al ver al mismo pero convertido empiedra: los ruegos de la gente había logrado detener su partida y había logrado hacer que se queda en medio del valle, para bendecir su prosperidad. Las gente empezó entonces a llamarlo San Jerónimo, patrono del valle de Ilo.
Dicen que los valles del norte nunca recibieron su visita, por eso terminaron secándose y sus gentes tuvieron que salir de ellos para no morir de hambre y sed.
Frente al Parque Ecológico de El Algarrobal, en medio de un angosto camino se puede ver a un personaje de espaldas, con su capa a medio vuelo y la pierna flexionada en además de subir el cerro, recorrido que nunca culminó.
Cortesía :
Edwin Adriazola Flores

Playa las Loberas


Playa las Loberas

Había una vez en el puerto de Ilo una playa en la cual vivían una señora y sus dos nietas. Un día la señora mando a sus nietas a recoger leña, sin saber que por ese lugar se encontraban merodeando piratas.
Los piratas al ver a las niñas fueron tras ellas, las golpearon y las ultrajaron.
Las niñas al regresar a su casa le contaron todo lo sucedido a su abuela, quien enfurecida salió en busca de los culpables.
Al encontrar a los culpables, la mujer lanzo grandes maldiciones contra ellos, y debido a esto se dice que los piratas se convirtieron en lobos marinos.
Es por eso que a ese lugar se le conoce con el nombre de la playa Las Loberas.

Los dos amigos y la sirena


Los dos amigos y la sirena
Se cuenta que hace mucho tiempo, en el puerto de Ilo, ubicado al sur del Perú en el departamento de Moquegua, vivía Alberto , un pescador.
Un día Alberto salio de faena al mar con su lancha, junto con su mejor amigo de nombre Pío.
Estando ya en altamar, Alberto sintió cansancio por las largas horas que navegaba. Al llegar la noche y preocupado porque no habían pescado nada, decidieron regresar al muelle Fiscal y desviando la proa, enrumbaron a sus casas. Pasada media hora, ambos amigos escucharon una melódica canción en medio de la noche y el brillo del mar que provenía de un conjunto de rocas.
Ellos pensaron que era el viento con el vaivén de las olas y no le dieron importancia al sonido.
Pino, remando más despacio, decidió ver que animal provocaba tan bello sonido y divisando a una sirena hermosa con cabellos cristalinos, ojos brillantes y con una silueta de mujer inigualable, ella llevaba entre sus manos una varita que daba buena suerte.
Pío se puso a pensar en ese momento en los rumores de vertían otros pescadores de la suerte y la fortuna que traía la varita de la sirena.
Entonces decidió arrebatarle la varita a la sirena. Antes de hacer ello, la sirena se zambulló al mar. Pío dio un salto, tomó la varita y de otro brinco volvió a la lancha y remando como nunca antes lo había hecho, y se alejó de ese lugar.
Alberto le preguntó el porqué de aquella acción tan peligrosa a su amigo y este le respondió y solo estaba ejercitando los músculos y así en medio de la conversación se dirigieron hacia el muelle.
Estando en el muelle Fiscal se bajaron los dos apresurados para tomar café en la casa de Pío.
Cerca de las dos de la mañana, Pío no podía dormir tranquilo por la acción que había realizado en el mar y mientras pensaba , nuevamente escuchó la melodía. Él se levanto asustado y miró por la ventana, era la sirena que lo llamaba entre las olas del mar y el oscuro ocaso.
Pío salió a pasear para borrar el miedo que llevaba dentro. Se encontró con Alberto y decidió contarle lo que venía ocurriendo todas las noches.Alberto, le dijo que la última vez que fueron al mar, saltó de la lancha y vio que había cogido algo brillante ¿Qué era?-preguntó- no era nada –dijo Pío.Sin haberle creído Alberto le respondió: “Esa es la varita de una sirena y mientras tú la tengas te traerá mala suerte; es mejor que la devuelvas antes que pase más tiempo, porque cuando la llegues a tocar, en el Mar te va a pasar algo muy malo”.Después de la conversación, Pío regresó corriendo a su casa, cogió la varita y se fue a tirarla al mar en un lugar muy alejado para que nadie lo viera. Pero en su mala suerte pisó un pozo de agua. De inmediato, Pío se convirtió en una inmensa peña.
El poder de la varita hizo que desde ese día, ese lugar se convirtiera en una piscina natural de aguas quietas y cristalinas conocida actualmente como Puerto Inglés.
Autor: Anónimo
Publicado por Milagros Garcia Magallanes 

El vengador espíritu pirata


El vengador espíritu pirata
Narran los pescadores con más experiencia del varadero artesanal de Ilo, que Puerto Inglés , playa ubicada al sur de la ciudad, fue como una especie de fuerte y desembarcadero pirata.
Los piratas desembarcaban aquellos tesoros que sustraían de los navíos de la corona española en una fortaleza peñosa construida por la propia naturaleza, la cual hallamos en el cerro de peñas que se encuentra ubicado frente a la playa.
Como era costumbre, después de haber atacado un navío real, la tripulación pirata quedaba maravillada de tanta riqueza , todos los objetos eran de oro y decorados con rubíes.
Al día siguiente de cada robo, el capitán de la embarcación declaraba los tesoros y a la vez los demás daban fe de protegerlo de cualquier amenaza inclusive sacrificando sus vidas.
Una noche Gulibert uno de los piratas, presionado por la codicia de la mujer que amaba, sustrajo un cofre. Al ser descubierto por sus compañeros, huyó despavoridamente rumbo al cerro de peñas con la finalidad de esconderlo, y así lo hizo.
No había pasado mucho tiempo y Gulibert fue detenido por el capitán, quien ordenó castigarlo por la traición, lo cual era castigado con la muerte, y así lo hicieron. Degollaron a Gulibert y condenaron su espíritu a la protección infinita de los tesoros.
Transcurridos los años, nadie se atrevía a buscar el baúl. Gulibert recorre las inmediaciones del cerro de peñas , decapitado , debido al castigo que le dieron.
Se dice que su espíritu seguirá penando hasta reunir la cantidad de vidas que tenía la tripulación pirata a la que pertenecía. También dicen que aquel que encuentre o trate de encontrar el baúl del tesoro será maldecido como Gulibert.
Autor: Anónimo

El misterioso museo del Algarrobal


El misterioso museo del Algarrobal
Los que viven cerca del ahora museo del Algarrobal , cuentan que hace mucho tiempo , en la provincia de Ilo en el distrito del Algarrobal se construyó una vivienda que tenía como finalidad convertirse en museo.
Al término de esa edificación, empezaron a implementar el interior de la vivienda con algunos restos que dejaron los hombres antiguos que vivían en ese lugar.
A pesar del tiempo transcurrido, se dice que al promediar la media noche, se oían voces y sonidos como si estuvieran trabajando en una chacra, cuidando el ganado, y lo más misterioso es que se escuchaba el ladrido de un perro. Es por esa razón, que ninguno de los que cuidaban el lugar se atrevía a entrar a la casa.
Cierto día uno de los vigilantes junto a un arqueólogo, se atrevieron a entrar al lugar. Esperaron hasta media noche y al toque del reloj que marcaba las doce empezó nuevamente el bullicio. Entonces vieron que de pronto se le apareció un perro que ladraba, mientras ellos caminaban por el museo. Pasados unos minutos, desaparecieron las voces y aquel ladrido .Los hombres se tropezaron y con mucho miedo se levantaron. Lo único que ellos deseaban en ese instante era salir de aquel lugar.
Al día siguiente, los hombres se pusieron a cavar, y encontraron que dentro de aquella excavación los restos óseos de una persona con sus bienes, acompañado del esqueleto de un perro.
Consultando a los pobladores del lugar, los hombres se enteraron que en ese lugar hace muchos años vivieron hombres llenos de bienes y que tenían como guardián un perro. Esos hombres son conocidos como los Chiribaya.
Desde entonces, es común para aquellos pobladores escuchar los ladridos del perro y aquellas voces misteriosas. Muchos dicen que el perro sale del museo y va a tomar agua del río los días martes y viernes al promediar la media noche.

La Boca del Sapo


La Boca del Sapo
Hace mucho tiempo cuando el puerto de Ilo estaba en pleno crecimiento, el gobierno peruano mandó a inspeccionar el terreno para la construcción de la vía férrea para el paso de “Kalamaso” -esto hace muchos años atrás- a un grupo de obreros, el objetivo era observar por donde debería de pasar la línea férrea del futuro tren que vendría de Moquegua.

Empezaron, los obreros, desde la zona denominada “Bello Horizonte”, caminaron por el acantilado de los cerros y no encontraron ninguna dificultad, pero cosa curiosa, avistaron un cerro de forma muy peculiar, tenía la forma de una boca, esto por la zona de Miramar.

Tras larga caminata, los obreros se pusieron a descansar en las faldas de este último cerro, pero un curioso trabajador quería explorar aquel cerro de extrañas formas; en el momento del descanso se fue a la cima y todos lo avistaron atónitos por tal osadía.

Todos esperaban el regreso de su compañero de trabajo pero este no llegaba, pasó el tiempo y la preocupación comenzó a inquietar a los demás obreros.

Se decidieron en ir a buscarlo, ingresaron a la abertura del cerro de extrañas formas y no encontraron nada, sólo uno de ellos pudo ver a un sapo muerto que no le tomó mucha importancia. Los hombres seguían con la búsqueda, pero los resultados eran desalentadores.

Al atardecer regresaron al Campamento donde reportaron la desaparición de su compañero al jefe de la expedición.

La búsqueda fue intensa durante varios días sin resultados positivos. Nunca apareció este muchacho, decía la gente, por esos tiempos, que la boca se había tragado al hombre que había venido a inspeccionar la ruta que tendría el “Kalamaso”.
Hoy a ese cerro lo llaman “La boca del sapo”, ubicado más allá de Miramar, en la provincia de Ilo.

La leyenda de María Sosa
Esta es la historia de una roca que se encuentra en el valle y tiene forma de mujer subiendo un cerro, ella parece llevar un bebé.
María Sosa era una mujer que vivía en el valle y estaba casada con el señor Pedro Tuntes. Su madre era una persona muy importante porque agasajaba a las personas que la visitaban.
Cierto día una de las autoridades de Moquegua llegó a su casa y no tuvo qué prepararle ; así que fue a la casa de su hija para solicitarle su ayuda. Le pidió una res para agasajar al ilustre visitante.
Maria Sosa habló con su esposo y él le dijo que no, porque su madre gastaba demasiado en aquellos recibimientos. Al ver la negativa de su hija, la señora aguardó a que llegara la noche e ingreso al corral para sacar la res, pero en la oscuridad no se dio cuenta que iba por unos matorrales, los cuales le causaron profundas heridas en el cuerpo y al no poder curarlas murió.
La gente murmuraba sobre la muerte de tan amable señora y culpaban a Maria Sosa por negarle el animal.
Pasado el tiempo, misteriosamente Maria Sosa desapareció del valle , nadie la pudo encontrar . Ella tenía un corral en el cerro, pues allí se encontraba abundante pasto. Las personas pensaron que tal vez María estaba en su corral porque cuando se aproximaban notaban la presencia de unas extrañas piedras que nunca estuvieron en el lugar. Una de esas piedras tenía la forma de una mujer que cargaba a su hijo en la espalda. Entonces los pobladores comprendieron que se trataba de María Sosa y sus animales.
La madre fallecida, antes de su muerte maldijo a su hija, al esposo de ella y a sus animales.
Autor : Anónimo

Calienta negros


Calienta negros
Graciela Vera contaba sobre la playa Calienta Negros la siguiente leyenda: La misteriosa playa de Calienta Negros está enclavada en un paradisiaco lugar rodeada de silenciosos peñascos, ternos y celosos guardianes de lo que allí sucedió. Esta enigmática y seductora playa tiene el increíble sortilegio de atraer, enamora y despertar profunda curiosidad por sus raras leyendas de acontecimientos ocurrido durante la Colonia. La leyenda cuenta de cuando llegaron por mar raras e impresionantes embarcaciones a vela, flameando tétricas banderas negras y despertando el temor de la población. En esos galeones viajaban temibles y sanguinarios piratas en su afán de rapiña por haberse enterado de los fabulosos tesoros en el Perú. Aquellos ocultaban sus naves en playas pequeñas y tranquilas par asechar a los españoles portadores de sus inmensas riquezas. Pero también llegaban con sus bodegas llenas de esclavos traído desde el Congo.
Hombres y mujeres negros eran tratados como bestias de carga y vendidos como tales. En la playa se les sometía a subasta en donde se les cotizaba por su estatura, físico y dentadura, adornado con grilletes que llevarían hasta el fin de sus días.
Fondeados sus galeones, los diabólicos piratas en su estratégico escondite procedían a desembarcas la triste y lacerada mercancía humana es la playa , apartada tanto del humilde pueblo y aprovechando de ese lugar para calentar o reanimar bajo los reconfortantes rayos de sol a los miserables negros, desventurada gente que llegaba después de una penosa, larga y sacrificada travesía de largos meses por el mar sin poder siquiera caminar ni estirar su cuerpo, medios moribundos, desnutridos y con múltiples enfermedades. Esta famosa e histórica playa que los piratas utilizaban para calentar a los negros por espacio de algunos días y alimentarlos con mariscos y pescado antes de su comercialización se conoce hasta nuestros días como Caleta Negros (Calienta Negros).

Allí también ocurrió otro hecho: “Dicen que una hermosa y bien formada negrita era requerida y asediada por un robusto y barbado pirata inglés, y cuentan que en una tranquila y oscura noche de verano allá junto al roquerío el pirata pretendió hacerla su mujer. La negrita angustiada se defendió como podía y desesperada, ya no sabía quehacer y antes de perder su honor en manos de ese bárbaro pirata, cogió una daga del cinto del pirata… y en vista que los ruegos no el importaban ni las lágrimas conmovían a aquel hombre cruel, ella perdió la razón, se hundió la daga en el pecho y se partió el corazón.”
Otra versión no habla de piratas si no de comerciantes ingleses quienes desembarcaba por Puerto Inglés y utilizaban Calienta Negros para los fines que se han comentado líneas. Es de allí donde vendría el nombre de Calienta Negros: el lugar donde se calentaba a los negros vendidos como esclavos, o la caleta de los negros, en donde se les comerciaba para introducirlos en los valles de Sama, Moquegua, Tacna, Arica y Tarapacá.
Leyenda Ileña brindada por el profesor
Edwin Adriazola Flores